Revista SEVILLA FLAMENCA

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Reivindicador de la obra de Paco Isidro
Pepe Isidro
Texto: Manuel Herrera
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La biografía de Pepe Isidro nos muestra a un aficionado cabal, ajeno a la profesión artística de cantaor pero que, sin embargo, reúne muy buenas condiciones cantaoras que le hacen ser uno de esos anónimos y fundamentales intérpretes de los aires de Huelva, algo para lo que sólo están dotados determinadas voces que han tenido el privilegio de nacer en la rica y plural tierra huelvana. En el caso de nuestro protagonista hay algo más. Hay una herencia y hay un objetivo. La herencia ya ha quedado reflejada, pues es hijo, nada menos, que de Paco Isidro, pilar y fundamento del fandango de Huelva, uno de sus soportes más valioso, y más diferenciado. El objetivo no puede ser más loable. Pepe entiende que no es justo que el mundo del flamenco, en general, despache la memoria de su padre, con la autoría de un fandango:
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Aunque me voy no me voy
aunque me voy no me ausento
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Porque Paco Isidro fue algo más, mucho más. Y Pepe, su hijo, se afana, con orgullo, por reivindicar el nombre y la obra cantaora de su progenitor, no por una razón chauvinista o de parentesco, sino por defender una verdad histórica y dejar demostrado que Paco Isidro es un eslabón importante en el inventario cantaor de nuestro siglo, con un peso específico muy definido en la nómina cantaora de la tierra onubense.
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- De mi padre no se ha dicho todo lo que él fue. Está demostrado -y para ello no hay más que acudir a las fuentes testificales que lo conocieron- que mi padre cantaba y dominaba otros palos del flamenco casi tanto o más que los fandangos. Lo que ocurrió era que en lo suyo, en Huelva, era único y por eso el aficionado lo identificaba por esos aires. Pero aquí también hay que hacer una aclaración, pues él hacía una variedad enorme de fandangos y la gente solo lo recuerda por el último que grabó, en 1960, que es cuando precisamente él murió. Y yo lo que humildemente pretendo es que, al menos en los cantes por Huelva, la gente joven conozca la variedad tan rica de fandangos que hacía mi padre.
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- ¿En qué fuentes puede beber la afición para conocer esos cantes?
- Lamentablemente en muy pocas. La gente conoce solo los fandangos que él grabó y no hay otros intérpretes que realicen su restante obra, yo creo que por desconocimiento. Más aún, muchas de las cosas de mi padre se recogen con nombre de otros cantaores... Por eso yo, humildemente, trato de poner las cosas en su sitio, y aunque no pretendo, ni mucho menos, ser como él, sí que intento, haciendo sus cantes, reivindicar su obra. De veinte años para atrás no hacía falta hablar de esto porque todo el mundo conocía su cante. Mi padre actuó en los mejores escenarios... Pero, de veinte años para acá, la cosa ha cambiado. Hay mucha confusión al respecto... Y es que mi padre fue un creador nato. Conocía a la perfección todo el cante de la provincia y, debido a su profesión liberal de taxista, no necesitaba del oficio de cantaor, por lo que podía dedicarse a lo que le gustaba: estudiar, buscar en todos los rincones de todos los pueblos cantaores de Huelva, indagar, convertir, y, en definitiva, crear. Así creó una serie de fandangos naturales que tampoco son conocidos.
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- ¿Se ha aprovechado alguien de esos cantes?
- Bueno, no y sí. Los cantaores no, pero la afición puede adjudicar a otros cantaores cantes de mi padre. Quitando a Rebollo que tenía un aire muy personal, y es algo diferente y se distingue bastante bien. Pero luego hay otros cantes de Huelva que... bueno, que se dice en general de Huelva como si fueran cantes anónimos, cuando los cantes de Huelva empiezan con Rebollo, con Rengel y con Paco Isidro. De ellos Rengel era el más joven y la verdad es que él se inspiró mucho en Rebollo y en mi padre.
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- El actual movimiento reivindicador y divulgador de los diversos cantes de las variadas zonas cantaoras que, afortunadamente, llevan a cabo las peñas onubenses ¿contribuye al objetivo que Vd. pretende de divulgar toda la obra creadora de Paco Isidro, o, por el contrario, la generalización de estilos y lugares facilita el anonimato?
- La verdad es que el cante de Paco Isidro es bastante difícil. Para mí que, dentro de los estilos de Huelva, tal vez sea el que mayor dificultad encierra, pues tiene una personalidad y unos rasgos que lo diferencian de los demás, que, por ejemplo, en el caso de Rengel, por sus condiciones de voz, puede llegar a sonar más flamenco mientras que el de Rebollo tenía un aire más abandolao, mientras que si hay que señalar un cante puro de Huelva, sin otras connotaciones, ese es el cante de mi padre.
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- ¿No crees tú -es Fernando Rodríguez quien pregunta- que la figura importantísima de Paco Toronjo en los últimos veinte o veinticinco años, con su destacada personalidad, ha podido ser causa -sin él pretenderlo, por supuesto-, de ensombrecer ante la afición el nombre de tu padre?
- No, no, de ninguna manera. Porque Paco, en verdad, tiene un fandango impresionante, con una garra que llega mucho al público pero que no es el cante de mi padre. Es, digamos, por Huelva, pero es su forma de cantar, su fandango. Paco Toronjo, es verdad, ha cubierto el hueco que dejaron ellos, Rebollo, Paco Isidro y Rengel, pero sobre todo en los cantes de Alosno, en los cantes de la provincia. Y su propio fandango. Pero la gloria de un artista en una determinada época no debe eclipsar la de otros artistas de otras épocas diferentes.
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- ¿Cuáles son las raices de la obra cantaora de su padre?
- La verdad es que no lo sé a ciencia cierta. Antes de los tres, en Huelva no había nada, es decir, no había unos cantes que pudiéramos decir que eran los cantes de Huelva. Así que ellos, Rebollo, Rengel y mi padre fueron los creadores del cante de Huelva. Luego, los cantes de la provincia son de origen folclórico, son bellísimos, tienen unas ricas raices populares pero, claro, el cante de Alosno es distinto del de Huelva.
. ¿Qué, entonces, en donde bebió mi padre? Pues yo lo que sé es que con diez o doce años ya cantaba, y, seguramente, fue cogiendo cosas de los fandangos naturales, o de las cosas que él fuera escuchando. Cogería -debido a sus muchos viajes por la provincia- alguna cosita del Alosno, alguna pequeña trascendencia... y así conformó su cante. Un cante que era una preciosidad, porque mi padre tenía una garganta que era un ruiseñor, riquísima, hacía una serie de modulaciones, de falsetas y de valores que hacen que sus fandangos tengan una cualidad impresionante
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- ¿Tú crees -es nuevamente Fernando quien interviene- que Huelva le ha dado a tu padre el lugar que le corresponde?
- Pues más bien no. Mira, mi padre era una institución en Huelva. Durante cuarenta o cincuenta años, no había boda, no había fiesta, no había nada relacionado con el flamenco en que no estuviera Paco Isidro, porque, en verdad, Paco Isidro ha sido Huelva. Los otros, Rebollo murió muy joven y prácticamente no vivió Huelva con la extensión y la intensidad de mi padre. Y Rengel se marchó a Sevilla y organizó su vida de otra manera, más bien haciendo tournés, en plan artista profesional, mientras que mi padre, aunque saliera a cantar fuera, siempre volvía a Huelva, él vivió Huelva y él era, de alguna manera en el cante, Huelva.
. Pero ateniéndome a la pregunta, había que afirmar que han podido ocurrir tres cosas. Por una parte la época en que desaparece mi padre coincide con un ciclo flamenco que tiene otros intereses y en el que el fandango no es el protagonista. Después nace el movimiento reivindicador de las peñas de Huelva que hacen una muy positiva labor, pero que se abren, lógicamente, a toda la variedad cantaora de la provincia. Por otra parte la familia de Paco Isidro no ha sido una familia muy flamenca, cosa que sí lo han sido la de otros artistas. Y yo creo que eso también ha influido en que haya más o menos presencia de unos nombres u otros. De ahí que yo, ahora, esté empeñado en el objetivo del que antes hablabas
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- De acuerdo -insiste Fernando- pero la verdad es que se canta menos por Paco Isidro que por Rengel o por Rebollo. Tal vez porque la gente solo conoce las últimas grabaciones suyas y desconoce los ocho o diez discos anteriores que tiene grabados...
- Veinte, veinte son los discos que grabó, y hay muy poca gente que los conserve... Claro, pero mirad, yo creo que la explicación es bien sencilla: ¡Es que el fandango de Paco Isidro es muy difícil! Y los aficionados se acogen a otros que les son más cómodos. Y esta es la tercera razón del posible olvido de Paco Isidro. Que al resultar más difícil su cante, el aficionado va haciendo los otros que les resultan más fáciles y así se va olvidando esa forma de cantar que tenía mi padre.
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- ¿Las letras?
- También las letras eran de mi padre en su mayoría. Él seleccionaba mucho las letras que cantaba, pues decía que para hacer su cante había que estar alegre y -aunque no despreciara el drama del cante, que él mismo utilizó en su fandango más conocido, porque él ya presentía su marcha: "Aunque me voy no me voy..." tiene unas letras preciosas, cantaba a la ribera, al campo, a la mar...
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Como el mar a mi barquilla
quién pudiera acariciarte
como el mar a mi barquilla,
y en tu boquita besarte
como el mar besa a su quilla
y a tu velita arrullarte
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Otra letra preciosa es ésta
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Pastorcillo entre las flores
va cantando a la ribera
Pídele a Dios que al ser hombre
la cabrilla que más quiera
no salga tirando al monte
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- Para terminar, y en tanto que no exista un mecenazgo que aglutinara en una obra discográfica todos los discos que grabó su padre, solo nos queda acudir a los aficionados para escuchar su cante. Además de Vd. Pepe ¿qué otros aficionados cantaores hacen el cante de Paco Isidro?
- Manolo Castilla canta muy bien por mi padre. Muy bien. También Camilo ha hecho muchas veces los cantes de Paco Isidro... En fin hay varios que hacen sus cantes. Lo que pasa es que la mayoría hace los fandangos suaves de mi padre mientras que los fandangos valientes son mucho más difíciles. Y esos ya los hace menos gente.
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(Revista SEVILLA FLAMENCA Nº81 Año XIII Noviembre-Diciembre 1992)